Ande yo caliente y jódase la gente

(ripios gongorinos de un vicepresidente)

 

Ande yo caliente

y jódase la gente.

 

Dije yo que del gobierno

de España y su monarquía

nunca me haría yo cargo

si yo no lo presidía.

¡Pero hoy gozo enormemente

siendo vicepresidente!

Y jódase la gente.

 

Dije yo sobre Vallecas

que siempre allí viviría

y que ser de clase baja

nunca me avergonzaría.

¡Pero hoy, casta dirigente,

vivo millonariamente!

Y jódase la gente.

 

De saludar al vecino

mucho me enorgullecía

y de ser del pueblo llano,

ajeno a la burguesía.

¡Hoy en mi piscina gozo

chapoteando alegremente!

Y jódase la gente.

 

Dije que a los grandes sueldos

yo siempre renunciaría,

y que a todos en Podemos

igual medida impondría.

Pero ahora que los gano…

¡todo a mi cuenta corriente!

Y jódase la gente.

 

Dije que a los cuatro años

de esto me retiraría,

pues no quería enquistarme

en la politiquería.

¡Ahora prefiero quedarme

ganando esta pasta ingente!

Y jódase la gente.

 

Dije yo que la pachanga

del himno me repelía,

y que la bandera facha

picores me producía.

¡Pero buenos dineritos

me da que los represente!

Y jódase la gente.

 

“No puedo decir España”

orgulloso profería,

porque su nombre y su historia

son una gran porquería.

¡Pero hay que ver qué chollazo

ser su vicepresidente!

Y jódase la gente.

 

Al ciudadano Felipe

con asco me refería,

soñando con su cabeza

guillotinada algún día.

¡Hoy le rindo pleitesía

y lo que sea pertinente!

Y jódase la gente.

 

Democráticos jarabes

recetaba yo a porfía,

y escraches y cacerolas

contra quien me apetecía.

¡Mas que nadie me recete

un jarabe equivalente!

Y jódase la gente.

 

En las herriko tabernas

a la ETA bendecía,

de juerga con asesinos

y odiando a la policía.

¡Hoy el chalé me protegen

muy privilegiadamente!

Y jódase la gente.

 

Los nepotismos y enchufes

envidioso maldecía,

y de sagas familiares

despectivo me reía.

¡Pero churri portavoza,

que en el gobierno se siente!

Y jódase la gente.

 

Cabalgar contradicciones

necesita hipocresía,

fingimiento, cara dura

y sinvergonzonería.

¡Pero no habrá felonía

que un millonario lamente!

Y jódase la gente.

 

Sobre todo por el hecho,

que mi Irene tanto ansía,

de que, cuando esto termine,

continuará nuestra orgía.

¡Porque un vicepresidente

cobra un sueldo permanente!

Y jódase la gente.

 

Mientras el timo funcione,

gozaré con alegría, 

y de todos mis timados

permitidme que me ría.

¡Votadme continuamente

para seguir yo caliente!

Y jódase la gente.