Advertencia: este libro podría, en breve, incluirse en el Índice de Libros Prohibidos por la Santa Progresía. Me tomo la libertad de advertir al distinguido lector lo que pudiere acontecer, para que disponga lo necesario, es decir, hágase con un ejemplar y devórelo sin dilación.
Yo ofrecería gustoso el mío, pero no acostumbro a prestar libros, porque ya se sabe. Encontrar un ejemplar de La gran venganza no es, en absoluto, tarea al alcance de cualquiera; no lo hallarán en ninguna librería de relumbrón. Una de mis hijas tuvo a bien hacer las pesquisas necesarias, encargándoselo a nuestro librero de cabecera. Mucho menos encontrarán reseña alguna en la prensa del régimen, ni siquiera mala.
Tras este breve pero necesario prólogo, me zambullo sin más palabrerío en el magnífico repaso histórico que el bueno de don Jesús ha tenido a bien regalarnos. No debe quedar ningún estudiante, ni de Historia, ni de Matemáticas, pongo por caso, que se quede sin leer una obra que ya es imprescindible para entender, en parte, lo que nos pasa.
La gran venganza es un libro abierto a todos y Jesús Laínz ha tenido el tino suficiente para hacer una obra al alcance de cualquiera, incluidos los estudiantes de la LOGSE; aunque me malicio que éstos deberán en más de una ocasión echar mano de sus teléfonos para ubicarse con algún personaje.
El ensayo que firma el insigne santanderino es una obra divulgativa y docta al mismo tiempo, y quien lo abra encontrará sorprendentes y desasosegantes paralelismos con la situación actual e, insisto, alguna clave para asimilar, y luchar, contra el mal endémico que acucia a nuestra querida España.
Desde la tremenda y chulesca dedicatoria hasta el índice onomástico el libro es un paseo por la historia de España de la primera mitad del siglo pasado y por algunos de los personajes más insignes que lo protagonizaron. Sólo las ciento cincuenta páginas de Republicanos contra la República compensan sobradamente su lectura. El selecto elenco nos muestra bien a las claras el estado de enajenación vivido por algunas de las mentes más preclaras del momento.
Leyendo este incunable, lo digo porque no será fácil encontrarlo a la vuelta de cinco años, uno se da cuenta de hasta qué punto algunos vivales han conseguido mantener una ficción tan patética como criminal durante más de un siglo. Laínz no termina de aclarar el porqué del laberinto español, tampoco lo intenta, simplemente expone los hechos de una forma sugerente y empírica, apoyándose en los textos originales de los aludidos, difícilmente rebatibles.
La parte final es otra lúcida y lucida relación de hechos objetivos entre los que entresaco Apología de Franco. No les digo más, prefiero dejarles intrigados, pero desde aquí les adelanto que si algún progre se lo echa al coleto, no dudará en tildarlo de provocación inadmisible.
Jesús Laínz, con prosa sencilla, amena e instructiva, les va a desvelar una parte arteramente trasconejada de nuestro reciente y descarnado pasado y, quién sabe, hasta puede procurar alguna caída de algún caballo. Seamos optimistas.
Bienvenido Picazo
El Diestro, 8 de junio de 2021