La perversión de los valores que han provocado el igualitarismo y la sociedad tecnicómana hace que se perciba a la juventud actual, de insondable ignorancia, como la generación más preparada de la historia de España, según el muy repetido y autocomplaciente tópico. Es de suponer que esta sorprendente percepción se debe a la familiaridad de nuestros adolescentes con los ordenadores, único parámetro valorable, según parece, en este automático mundo.
En la ciudad del que suscribe abrióse hace ya algunos años una hermosa librería frente a los edificios universitarios, de modo que los miles de estudiantes allí concentrados, tanto de carreras técnicas como humanísticas, pudiesen encontrar a tres minutos de sus aulas esos extraños objetos llenos de páginas, tan necesarios –es un suponer– para sus actividades intelectuales. Vagabundeando el otro día, entré en la librería a saludar al dependiente, viejo amigo desde hace ya muchas conversaciones.
–¿Cómo van las ventas? –le pregunté.
–Como siempre. Ni fu ni fa.
–¿Ni fu ni fa? ¡Hombre! ¡Aquí, frente a la Universidad, no será mal sitio!
Un gesto de desgana fue toda su respuesta.
–¿Cómo? ¿No compran libros los estudiantes?
–Ésos consumen sobre todo material de papelería. Probablemente venda más libros a no estudiantes que a estudiantes.
–Exageras.
–Ni una pizca. Si yo te contara lo que leen los universitarios…
No acabó la frase, limitándose a levantar una cínica ceja.
–Ya. No me lo cuentes, que me lo sé –respondí con la arrogancia que me caracteriza–. Los únicos libros que compran son los que cada profesor les indica que son los necesarios para aprobar su asignatura. Y fuera de ésos, ni uno.
De haberla tenido, a mi amigo el librero la dentadura postiza se le hubiera escapado, tal fue su carcajada.
–¡Ojalá! –logró pronunciar.
–¿Qué libros compran, entonces? ¿Manuales de autoayuda?
–Bastantes de ésos también caen, sí. Hay uno, que se ha vendido bastante, titulado No soy alto, pero soy mejor persona. También interesan mucho las Respuestas marcianas de Javier Sardá, Usted también puede ser famoso de Coto Matamoros, y otros así. Pero los que causan furor últimamente son Kenders, enanos y gnomos, La magia de Krynn, Monstruos del mar sangriento, Flint, rey de los gullys, etc.
–¿Los estudiantes de derecho, de económicas, de filosofía, de historia? ¿Me hablas en serio?
–¿Que si te hablo en serio? Pero, ¿de qué guindo te acabas de caer, querido? ¿No sabes que la LOGSE se aprobó hace ya una generación?
Artículo publicado durante la primera legislatura zapateriana, entre 2004 y 2008, e incluido en España desquiciada
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